domingo, mayo 15, 2005

Entonces incorporas tus alas y comienzas a abanicar
Al inicio despacio,
Rapido al final
Antes de soltar el piso cierras los ojos
Y evitas pensar en lo que dejas,
En el mareoEn el posible fracazo y el regreso al piso.
Luego los abres y vés las nubes,
Tomas una y la muerdes:
Sabe como alegría.
Así que sigues por los cielos
Hasta que miras abajo y piensas
En lo pobre que son los demás por temer a los fuegos
Del sol.