jueves, septiembre 15, 2005

Oh, y devería lanzar mis redes de una véz, pero resulta que no, no esta véz, todo vá en calma y mientras las aguas sigan pacificas nuestros mares interiores seguirán estables. Ahora hay que disfrutar de ambos sentimientos, el placer del odio es inmenso, se lo dejaré vivir. Despues de todo no me sorprende, desde que lo conozco es así, quizá ella que es más tierna no lo entienda, pero es una virtud masculina decir la verdad... siempre y cuando esa sinceridad no se transforme en una actitud descarada. Y si lo pensamos bien, hasta podríamos deducir que es la costumbre de él, de la cual ella incluso ya estuvo en ampos hemisferios, el placer del odio es inmenso, de lo dejaré vivir.