Cierto, ahora tengo el temor de que ni siquiera pases por aquì a ver si las cosas han cambiado. No han cambiado, te lo aseguro, aunque no sè cuando leas esto, y no podre por lo tanto saber si las cosas en aquel entonces hayan cambiado, pero sè que si asì ocurriese, nunca serà para mal. Piensas que se me và a pasar. Ya se me habrìa pasado. Ahora todo se mantiene estatico: tu recuerdo en mi mente, tu foto en mi burò, tu rostro en mi alma y mis sentimientos por el suelo. Dije k tengo dignidad, espero lo hayas creido, pk para mi esa palabra me es indistinta desde k llegaste, pk era una mera forma de demostrar una coraza que no existe: Forrar una choza con la fachada de un castillo. Indigna escenografia. Tanto como yo lo soy de ti. Me reconforta saber que detras de tu enfado y movimiento de cabeza de un lado a otro diciendome simplemente no no, hay una amiga que realmente me entiende y que sabe que la proxima vez k necesite un amigo (en las buenas o las malas) me podra tener a mi. No sè leer tu mente, cierto, pero he aprendido a interpretar tus ojos.
Diselo colega Sanz:
Amiga mía, no se que decir,
ni que hacer para verte feliz.
ojalá pudiera mandar en el alma o en la libertad,
que es lo que a el le hace falta;
llenarte los bolsillos de guerras ganadas,
de sueños e ilusiones renovadas.
yo quiero regalarte una poesía;
tu piensas que estoy dando las noticias.
Amiga mía, ojalá algún día escuchando mi canción,
de pronto, entiendas que lo que nunca quise
fue contar tu historia
porque pudiera resultar conmovedora.
pero, perdona, amiga mía,
no es inteligencia, ni es sabiduría;
pero esta es mi manera de decir las cosas.
no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma.
Amiga mía, princesa de un cuento infinito.
amiga mía, tan solo pretendo que cuentes conmigo.
amiga mía, a ver si uno de estos días,
por fin aprendo a hablar sin tener que dar tantos rodeos,
que toda esta historia me importa
porque eres mi amiga.
Diselo colega Sanz:
Amiga mía, no se que decir,
ni que hacer para verte feliz.
ojalá pudiera mandar en el alma o en la libertad,
que es lo que a el le hace falta;
llenarte los bolsillos de guerras ganadas,
de sueños e ilusiones renovadas.
yo quiero regalarte una poesía;
tu piensas que estoy dando las noticias.
Amiga mía, ojalá algún día escuchando mi canción,
de pronto, entiendas que lo que nunca quise
fue contar tu historia
porque pudiera resultar conmovedora.
pero, perdona, amiga mía,
no es inteligencia, ni es sabiduría;
pero esta es mi manera de decir las cosas.
no es que sea mi trabajo, es que es mi idioma.
Amiga mía, princesa de un cuento infinito.
amiga mía, tan solo pretendo que cuentes conmigo.
amiga mía, a ver si uno de estos días,
por fin aprendo a hablar sin tener que dar tantos rodeos,
que toda esta historia me importa
porque eres mi amiga.
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